Sabemos que la salud de nuestra piel condiciona nuestro bienestar y estado de ánimo. ¿Pero cómo hacer para mantenerla siempre hidratada? ¿Hay algún producto, crema corporal o tratamiento específico para lograrlo?
La realidad es que, para mantener nuestra piel saludable, no podemos depender de aplicarnos dos veces por semana una crema humectante. Debemos de incorporar ciertos hábitos alimenticios, los cuales propiciarán un mayor benecifio en nuestro cutis.
1- Como todas ya sabemos, el factor más importante es el consumo diario de un mínimo de dos litros de agua.
Las gaseosas no aportan más que azúcares así que no serán tomadas en cuenta.
2- Consumir frutas y verduras diariamente es sumamente favorable para mantenernos hidratadas debido a que nos apotan las vitaminas, minerales y proteínas necesarias para conservar la elasticidad del cutis.
Si no eres de esas personas que disfruta de comer frutas y/o verduras, los complejos vitamínicos son la mejor opción para mantenerte fuerte y saludable. Por supuesto que debes seguir una buena dieta acordada por tu nutricionista.
3- Las mascarillas caseras son ideales para nutrir tu rostro. Prepararlas te llevarán tan sólo diez minutos y se elaboran con ingredientes naturales como calabaza, melón, aguacate, olivo, uva, etc.
Mantener hábitos sanos:
La clave para que nuestra piel se encuentre siempre sana y bella, es tener buenos hábitos alimenticios más el consumo de alimentos antioxidantes. Entre ellos se encuentran: el chocolate, el salmón, el aceite de oliva y entre las infusiones tenemos el té verde.
Mantenernos alejadas del alcohol y el cigarrillo es sumamente importante, ya que cualquiera de éstos dos aceleran el proceso de envejecimiento del cutis.
Otras cosas a tomar en cuenta son la falta de ejercicio y el dormir pocas horas. Tanto nuestra mente como nuestro cuerpo necesitan de estar activos para poder llevar una vida saludable, la falta de ejercicio físico repercute en todo nuestro organismo.
Al mismo tiempo, debemos descansar al menos seis horas diarias para poder responder a las demandas de nuestra vida cotidiana. El buen dormir influye en todo nuestro cuerpo, y al mismo tiempo en nuestra piel.