El siglo XX, ha sido uno de los más revolucionarios en cuestiones de moda, muchos son los diseñadores que han innovado y este hecho dio buenos resultados.
Yves Mathieu Saint Laurent pertenece a esa camada de artistas de la moda que con su creatividad, originalidad y estilo han mostrado una nueva forma de lucir.
Con tan sólo 18 años de edad comenzó a trabajar en la firma Dior, éste empleo en un principio era para realizar trabajos menores pero, con el tiempo, se convirtió en el sucesor de Cristian Dior, cuando este lo nombró como el diseñador jefe de la casa.
A los 21 años se había consagrado como el modisto mas joven de la alta costura francesa.
Fue en 1958, que su colección de primavera cosechó un gran éxito, prolongando el New Look de Dior, y salvando, de esta manera, a la compañía que estaba próxima a quebrar.
En 1960 su paso por la casa Dior fue interrumpido, ya que tuvo que cumplir el servicio militar Frances que coincidía con la guerra de Argelia, pero sólo duró 20 días en el ejército porque tuvo un episodio de estrés que lo llevó a un hospital psiquiátrico.
Fue un tiempo muy duro para el diseñador, pero pudo salir adelante y fundar, gracias a la ayuda de algunos amigos, su propia firma, YSL.
Su primera colección fue Ligne Trapéze, la cual resultó un verdadero éxito, la imagen y el logotipo continúan hoy vigentes.
En los años 60 sus creaciones se destacaron por la incorporación del smoking al vestuario femenino, y por establecer el “prêt-à-porter” como una línea comercial completa.
A partir de 1970 sus desfiles comenzaron a tener como característica la presentación de la americana femenina, vestidos y blusas que dejaban la espalda al descubierto.
Después llegaron otras colecciones algunas fueron muy criticadas y otras ovacionadas, esto siempre fue un aspecto característico del trabajo de Saint Laurent, nunca pasó desapercibido.
Recibió numerosas distinciones y su trabajo fue reconocido en distintas exposiciones alrededor del mundo.
Autor del traje pantalón, los shorts, de las primeras transparencias, siempre buscando la comodidad sin abandonar la elegancia y el estilo, se retiró sabiendo que había cumplido su labor, derrumbar la rigidez de la alta costura y vistiendo a la mujer del siglo XX.